Fundamentos de la práctica [2da Parte]

El Hara, el Koshi y la Respiración.
El Hara (literalmente el vientre), se corresponde con dos zonas de nuestro cuerpo, pero que aunque están diferenciadas entre sí, forman en conjunto una unidad básica y fundamental en toda la cultura del Budo japonés, así como en la actitud de la propia vida japonesa. En occidente, fuera del entorno de las artes marciales, el Hara es totalmente desconocido, porque el centro de toda actividad está polarizado en la cabeza, y por lo tanto en el área del pensamiento. Solamente expresiones populares como “me salió de las entrañas” o “esta situación me revuelve las tripas”, etc., pueden aproximarnos a la idea del Hara.

El desarrollo del Hara debe ser armónico y en el ámbito de las artes marciales en occidente, no existe en general una clara comprensión de las zonas del Hara y su desarrollo, a efectos prácticos del entrenamiento, es contraproducente y ha sido mal orientado, aunque también es cierto que cada cual debe actuar y entrenar como considera oportuno, pero a la larga se verán los resultados.

• Acepciones y usos de la palabra Hara en la tradición y la lengua japonesa.

(Extraídos del libro “HARA – Centro vital del hombre” de K.G. Dürckheim. Cap I.4).

Hara, traducido letra a letra, significa “vientre”. A esta parte del cuerpo se la puede también denominar fukubu u onaka. Onaka significa literalmente “centro noble”; esta es una expresión infantil y popular que quiere decir “vientre”. Hara, así como fukubu y onaka, marca, a grandes rasgos, toda la región que va desde el estómago al bajo vientre. Igual que nosotros distinguen el estómago, (en japonés i), y la zona por debajo del ombligo (kikai). Esta palabra, kikai, asociada al término tanden designa el punto situado a unos cinco centímetros más abajo del ombligo.

Así como ocurre en nuestra lengua, vientre puede significar un sentido más abstracto. Por ejemplo, el concepto de “un gran vientre” no despierta tan sólo la idea de una satisfacción física, sino también de una satisfacción del alma.

Para el japonés, igual que para nosotros, una persona cuyo vientre esté repleto, respirando bienestar, hace pensar que nada le falta y que, al tener paz interior está en armonía consigo misma y con el mundo.

Hara-tsuzumi.
“El tambor del vientre”. Un vientre que posee una buena tensión como la de un “tambor” siempre a punto. Como si quiera “dejarse oír”.

Hara-tsuzumi wo utso.
“Tocar el tambor del vientre”. Se usa en el sentido de llevar una vida feliz.

Hara wo kakaeru.
“Agarrarse el vientre”, reventar de risa.

Hara no aru hito.
“Hombre que tiene el centro”. Un rasgo del carácter. También se usa la expresión hara no hiroi hito, para referirse a una persona de posee un gran corazón. Para expresar lo opuesto se usa la forma hara no nai hito, una persona que pierde su centro, que se pone nervioso, que paraliza su capacidad de acción, que realiza un juicio apresurado, ect.

Hara no dekita hito.
Hombre que ha formado su vientre. Hace referencia a la persona que se ha esforzado en cultivar su hara.

Hara no okii hito.
Hombre espiritualmente maduro, que tiene un gran vientre, magnánimo, generoso pero sin ser complaciente. Por el contrario, para expresar una persona con un vientre débil se dice hara no chiisai hito.

Hara goe.
La voz del vientre.

Hara de kangaeru.
Pensar con el vientre.

Haragei.
El arte que sale del hara. Para un japonés esta expresión supone el más alto nivel de conciencia al que una persona puede llegar por el hara. Se usa en relación con todas artes, la ceremonia del té y el budo en general y hace mención a la sensibilidad y la percepción directa del mundo que nos rodea
Gracias al hara y a su concreción suprema, el haragei, de algún modo se produce en el hombre una transformación de todas sus facultades.
Las relaciones de base con el mundo y con la vida, la percepción de las sensaciones, su asimilación y la respuesta que les da, se transforman de tal forma que su personalidad, en totalidad, se expande, siendo más profunda y más fuerte.
Cuando se tiene haragei se obtiene un grado de sensibilidad directa que permite percibir las sensaciones y las intenciones de los demás. En este sentido el estudio de hara puede quizás algún día contribuir a penetrar en el misterio de la telepatía.
Haragei es una condición de calma e incondicional, extrema sensibilidad, gran facultad de comprensión, rápidez de acción en situaciones inesperadas y una extraordinaria prontitud en la decisión.

Hara ga suwatte imasu.
Asentarse en el hara. Reposar la conciencia en el vientre. Plantarse en el hara. A la inversa, suwatte inai, tener el vientre demasiado alto, es decir, inestable.

Hara wo suete shigoto ni kakaru
Ponerse a trabajar con el vientre reposado, es decir, emprender un trabajo o una actividad con una perfecta serenidad.

El Koshi.
El Koshi es la parte posterior del Hara. Está formado por toda la región lumbar, las vértebras lumbares, la pelvis y todo el conjunto de las caderas.

Tenemos cinco vértebras lumbares, teniendo todo el conjunto una importancia capital, ya que es la fuente de toda acción asegurando la movilidad del cuerpo. De todas las vértebras lumbares, la que ocupa el lugar central es la tercera lumbar, ya que sirve de “pivote” al movimiento de rotación de las caderas y del movimiento general del cuerpo. Cuando las lumbares están en buen estado, el conjunto presenta una curvatura normal, con la tercera lumbar al fondo de dicha curvatura. Cuando la tercera lumbar está bloqueada, somos incapaces de mover los brazos, las piernas, el tronco y la cabeza.

La fatiga y el envejecimiento o la sensación de fatiga y envejecimiento están reflejados en el Koshi en su conjunto. El cuerpo poco a poco se va endureciendo y se vuelve rígido perdiendo movilidad y elasticidad, disminuyendo la curvatura normal de la columna vertebral y se adquiere una tendencia a curvarse hacia fuera.

En la práctica del Aikido es fundamental conocer la importancia que tiene el Koshi, tanto para un correcto trabajo como para no realizar aquellos ejercicios que repercutan negativamente en nuestro organismo, ya que a fin de cuentas nosotros somos lo más importante para nosotros mismos y hacia nuestra mejoría debe girar la práctica.

La Respiración.
La noción del Ki es un término que no existe en nuestra cultura occidental, por lo que se identifica con la respiración en un sentido amplio. Lo más próximo en occidente a la idea del Ki es la palabra griega Nous que significa la esencia espiritual del ser. Es el qi del taoísmo o el prâna de los indués: la potencia oculta en la respiración o el aliento.

El Ki es natural y primordial, todo el mundo lo tiene de lo contrario nadie podría estar vivo, por lo que el camino del Budo es un camino de retorno al ser primordial que no se ajusta a ninguno de los patrones culturales de la civilización. Sólo los grandes maestros del Budo conocen su naturaleza.

La respiración es la esencia del Aikido y va mucho más allá de la respiración fisiológica, se trata de que la respiración profundice cada vez más en el ser a través de la columna vertebral y llene la zona del bajo vientre, la pelvis y las caderas.

La coordinación de la mente y el cuerpo junto con una respiración fluida y concentrada posibilita experimentar el Ki o la corriente vital de una manera cada vez más profunda.

La naturaleza del Ki es incomprensible intelectualmente pues no pertence al mundo del pensamiento. Sólo es posible sentirlo a través del entrenamiento constante por unificar el cuerpo, la mente y el espíritu. Esto no es nada fácil pues el Ki pertenece al reino de la espontaneidad. Cuanto más se busca es más inaprensible. El abandono completo y sin intención a la respiración es el camino hacia el Ki y lo único que puede hacer que el ser tenga cierto grando de disponibilidad de su potencial.

El Ki no tiene edad, nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos y tras la muerte vuelve a su origen. Por eso la práctica del Budo realizada correctamente crece con los años y no disminuye al ser.

La respiración posibilita que el hombre exista en el Universo. Para O Sensei, la unión del agua o mizu y el fuego ka, forman la vida o iki y al kami, lo divino. A través de la respiración se abre el camino a:

• Que el cuerpo esté relajado.
• Adquirir potencia de inspiración abdominal.
• Que el primer punto del Hara esté relajado.
• Que el Koshi esté normalizado y haya movilidad en las caderas.
• La unidad entre la mente y el cuerpo.
• La calma del espíritu y la contemplación del Universo.

Por lo tanto el Aikido puede definirse como: "El camino de la armonización del Ki".

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