De Docentes y Discípulos

El Camino Antiguo de la Enseñanza y el Aprendizaje.
En tiempos antiguos, la enseñanza y transmisión de conocimientos se realizaba por un acuerdo mutuo y directo entre quien enseñaba y quien aprendía.
Quien enseñaba era considerado (por si mismo y por otros), como el poseedor de un Saber que podía ser transferido. Muchas veces, no se era Maestro en algo por voluntad propia, sino a pesar de ella.
La demanda de aspirantes a ese Saber, los convertía finalmente en Maestros.

Ahora bien, esa transferencia solo era posible a partir de un acuerdo mutuo:
- Quiero Aprender (de vos).
- Quiero Enseñar-te (a vos).

Los futuros Discípulos buscaban a sus Maestros, quienes los aceptaban... o no.
Habitualmente, el Maestro sometía al candidato a una serie de rigurosas pruebas preliminares donde comprobaba la real voluntad e intención del futuro aprendiz y en función de esos resultados los admitía y convertía en discípulos.
De ese modo la enseñanza y el aprendizaje, se convertían en una aventura compartida entre Maestro y Discípulo, donde primaba la real intención de aprender y enseñar... y sobre todo, la relación se basaba en el respeto mutuo permanente.

Respeto que, en algunas culturas más que en otras, se ha visto magnífica y poéticamente enunciada. Y vale como ejemplo, la expresión japonesa "Sensei". Habitualmente interpretamos esta palabra como "profesor" o "maestro", pero -en una traducción más o menos literal- significa: "el que despertó antes".

"El que despertó antes" (el Sensei), era depositario de respeto justamente por ser un iniciado. Por haber despertado "antes" que el Discípulo a un conocimiento que este aspiraba y no tenía.
Un tipo de respeto que muchos ven asociado a la diferencia generacional (el respeto a los mayores) pero que no siempre cumplía con esa condición. De hecho, algunos Sensei podían ser -y lo son todavía- mucho más jóvenes que sus propios discípulos.

Por su parte, los Discípulos gozaban del respeto permanente de su Maestro. Y eso no implicaba un trato amistoso o parental del Sensei al aprendiz, sino un trato riguroso y exigente, a veces hasta distante... plagado de nuevas pruebas y llamados de atención para poder continuar en el camino del aprendizaje.
El respeto del maestro al discípulo estaba basado -en principio- en el compromiso de la elección mutua. Admitidos como parte de una gran cadena de transmisión de conocimientos, que eran replicados de generación en generación, estos discípulos tenían un rol "histórico". (Aún hoy, muchos artistas marciales, y especialmente en China, acostumbran autoreferenciarse en función de este criterio generacional: "Soy Fulano, Tal graduación, de tal Escuela, de la tal generación").

El Sensei, en segundo lugar, manifestaba respeto hacia el Discípulo en la medida que este manifestara respeto extremo hacia el saber mismo que le era transmitido. Si, por alguna razón, el Discípulo no honraba esta cadena de transmisión, no respetando el Saber enseñado, u ofendiendo los criterios de enseñanza "del que despertó antes", e incluso, de los ancestros que antes habían enseñado... este Discípulo réprobo podía ser expulsado de esta cadena de enseñanza, sin miramientos.

Se trata, como ven... de otro espíritu en el vínculo.

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