El Saludo

De entre todas las reglas de etiqueta que adornan las artes marciales tradicionales, la que sin duda más sorprende a los iniciados es la del saludo que se realiza al entrar al lugar de entrenamiento (Dojo, tatami) al empezar y terminar las clases, y a veces, cuando el maestro enseña una técnica o la ponemos en práctica con un compañero.
Sin duda, la idiosincrasia japonesa ha mellado en la organización de las artes marciales, desde la configuración del dojo, hasta los saludos, trajes y demás elementos que si bien pueden parecernos arcaicos y fuera de época, le aportan un exotismo propio de una cultura posiblemente diferente a la del artista marcial que la practica, y que forma parte integral de ese conjunto que constituye un arte marcial. Lo realmente importante, es intentar examinar el contenido de esas normas de conducta, de esa herencia del pasado que se nos presenta como rígidos moldes que debemos observar para conservar la integridad del arte marcial que practicamos. Una vez examinadas, uno podrá darse cuenta de que lo que antes parecía sin sentido, ahora cobra uno nuevo, que le aporta una visión más amplia del arte marcial, acercándose a la idea que en su momento tuvo su fundador.
El saludo, es una de esas normas de conducta que de igual manera deben ser estudiadas para, en primer lugar, saber lo que se está haciendo cuando lo realizamos, y en segundo lugar para no criticar su
inutilidad sino apreciar su necesidad. Puede que el saludo no desentone en un dojo con ornamentación oriental, donde se pone música oriental para entrenar y todos los practicantes van correctamente vestidos, pero, sin embargo, si nos parece fuera de lugar cuando asistimos a una clase de artes marciales o de un deporte de contacto, en la que las paredes de la habitación donde está colocado el tatami está llena de posters de chicos musculosos y la música de aeróbic no para de sonar. En un lugar como éste (igual de válido que el primero, pues realmente lo importante para practicar las artes marciales, es un buen maestro y muchas ganas de entrenar, ya que si esto falla, ni la más bella ornamentación podrá suplantar la carencia de espíritu en la clase, que se mantiene por las personas que practican y viven el arte marcial) puede sorprender que al iniciar la clase, las personas que entran al tatami saludan antes de entrar, unos de manera casi exagerada, otros casi imperceptible, pero todos se detienen un momento para llevar a cabo una acción que por desgracia, se conserva más por la facilidad para ser repetida que por el entendimiento y la comprensión de la misma.
Lo más destacable es que aunque no nos sorprenda el saludo cuando el lugar se presta a ello (el ejemplo anteriormente expuesto sobre el dojo tradicional) las personas que lo realicen siguen sin tener conciencia de lo que hacen, llegando a convertirse en inútiles movimientos que más que dar una imagen alta de disciplina convierten a los practicantes en autómatas y a sus maestros en necios que simplemente gustan de lucir a sus alumnos ante la masa inculta que mira perpleja
esas arcaicas normas de conducta. Por favor, no seamos hipócritas, aprendamos pues y examinemos estas normas, para adquirir no sólo una mayor comprensión del arte que se practica sino una sinceridad con nosotros mismos que quedará reflejada en nuestra práctica diaria. Tanto para los iniciados, como para los veteranos que desconocen el significado del saludo en las artes marciales, así como para los que lo conozcan, aquí muestro el significado de este símbolo, para que lo tomen y si lo creen conveniente, lo intenten aplicar en su práctica diaria.

SALUDO ANTES DE ENTRAR AL DOJO: Normalmente este es el primer saludo que se realiza en una clase, y tiene como misión fundamental, demostrar respeto por los compañeros que se encuentran dentro del tatami, bien entrenando, o preparándose para empezar la clase. Las personas practican artes marciales con unos motivos tan diferentes entre sí como peculiares por sí mismos. Para muchos son una forma de ponerse en forma, para otros quizás, se reduzca a simples técnicas de
defensa personal, sin embargo, existen otras personas que se toman muy en serio las artes marciales y que intentan adaptar lo que aprenden a sus propias vidas. Estas personas tienen una imagen del Dojo muy distinta a la de los demás ejemplos que he dado. Para ellos no se tratan de unas colchonetas donde poder hacer abdominales ni donde poder proyectar a un compañero, se trata del lugar donde unas cuantas veces por semana, van a dar lo máximo de sí mismos tanto física como espiritualmente, van a demostrarse sus progresos, sus defectos, y en definitiva, demostrarse que su práctica diaria les aporta bienestar, educación, disciplina, valores que a veces, por desgracia, se echan de menos en nuestra sociedad. Pues bien estas personas encuentran en el saludo, una manera de demostrar afecto a los compañeros que se encuentran dentro, y que muchas veces, le acompañan en ese camino de auto perfección.
Cuando se entra en un dojo vacío, parece estúpido pensar que se mu
estra respeto por unos compañeros que en este momento se encuentran en los vestuarios poniéndose el traje de entrenamiento. En este momento, el artista marcial esta dando gracias por poder disfrutar de un lugar donde entrenarse, por tener ese pequeño espacio que si bien parece reducirse a unos metros cuadrados de colchonetas, unos espejos y algún saco colgado, le ofrece en realidad un espacio sin límites donde perfeccionarse y disfrutar. Pues bien, si por casualidad eres de esta clase de practicantes, para un momento y piensa en lo que te ha aportado la práctica diaria, y en lo que te han ayudado tus compañeros, piensa, y te darás cuenta del significado de esa muestra de respeto y agradecimiento que es este saludo. Si tus motivos al entrenar son distintos, no importa, cualquier motivo es válido siempre que sea una expresión sincera de la voluntad del individuo. Pero ten en cuenta lo que aquí se escribe y comprueba si puedes aplicarlo en tu práctica, pues reconozco que para ponerse en forma nadie saluda a su banco de pesas, pero sí se lo merecen tus compañeros, que aunque no puedas apreciarlo, te están entregando muchas más cosas que un cuerpo bonito y es preciso que se lo reconozcas y agradezcas.

SALUDO AL INICIAR LA CLASE: En esencia, este saludo se parece bastante al primero, indicando una muestra de respeto hacia el fundador del arte marcial, hacia el maestro y finalmente hacia la totalidad de los alumnos, que en esencia, son los factores que sumados, nos permiten la práctica del arte marcial. Nada más cabe decir de este saludo (pues es aplicable lo dicho anteriormente), simplemente hacer una pequeña referencia a un tipo de saludo que
se suele dar en las artes marciales más tradicionales, y que trata de saludar antes del inicio de la clase, a las banderas nacionales del país donde se fundó el arte marcial o de donde éste es autóctono. Lo importante a tener en cuenta, es que saludar a unas banderas extranjeras no es menospreciar la propia, lo mismo que no nos tapamos los oídos al oír un himno extranjero. Así que ese saludo demuestra una comprensión del ser humano que trasciende las barreras nacionales que tanto nos separan, y que sólo conducen a catástrofes horribles a manos de racistas y xenofóbicos que más que apreciar su propia nación, odian la ajena.


SALUDO AL COMPAÑERO: Este es el saludo más importante de todos los citados, destacándose por su proximidad y sinceridad. Cuando saludamos a una foto del fundador, a unas banderas, o antes de entrar o salir del dojo, notamos que nos falta algo. Ese algo es la respuesta, el sentimiento de saber que lo que hacemos está bien hecho, y eso mismo es lo que recibimos cuando saludamos a un compañero que recibe nuestro saludo y nos lo devuelve en señal de agradecimiento. Cuando entrenamos con un compañero, tenemos que darnos cuenta que muchas veces, este nos "presta su cuerpo" para que trabajemos y aprendamos con él. Nuestra pericia supone nuestro aprendizaje, pero nuestra imprudencia puede suponer su perjuicio, lo cual debemos valorar. Con el saludo hacia el compañero, le mostramos de manera sincera que nos dejamos hacer cualquier cosa, nos ofrecemos a él en cuerpo y espíritu, al igual que otras veces, él nos ayuda y se compromete con nosotros.
En las técnicas peligrosas, se producen lesiones que pueden deberse a una mala comprensión de la técnica, o, normalmente, a un descuido de uno de los dos compañeros. Pues bien, por desgracia, a estos errores casi "fortuitos" debemos añadirle la relación entre los dos compañeros que realizan la técnica, así como su estado de ánimo. He sido testigo muchas veces de accidentes ocasionados por un practicante que llega al entrenamiento angustiado, molesto o irritado, afectando a su comportamiento y poniendo en peligro a sus compañeros. El saludo antes y después de entrenar una técnica con un compañero es una especie de paréntesis que sumerge a los practicantes en una relación fraternal, en la que se debe poner el mismo cuidado en el otro que en uno mismo. De esta manera practicamos con más seguridad y nos permitimos dar más de nosotros mismos.
Para finalizar este saludo, resaltar que por ejemplo, cuando se realizan entrenamientos con gente desconocida, basta un saludo sincero antes de iniciar la técnica para que se establezca una relación de amistad que permita disfrutar esa técnica y relacionarte con ese nuevo compañero como si lo conocieras de siempre. Aunque una vez acabada, siga siendo un desconocido, en ese pequeño paréntesis que supuso tus saludos, disfrutaste de una confianza y seguridad mayor, que a la larga supone un bienestar y un mejor aprovechamiento de las enseñanzas del maestro.
SALUDO AL FINALIZAR LA CLASE: Este saludo es prácticamente igual al realizado al empezar, lo mismo que el realizado al salir del tatami es igual al que se realiza al entrar a él. Estos saludos están distanciados temporalmente entre sí, lo que crea un paréntesis más amplio que en el caso anterior, y que en resumen, configuran la sesión del entrenamiento marcial. Desde que se entra al Dojo, hasta que se sale de él, somos diferentes, nos relacionamos de manera distinta con los demás, y salimos siendo algo más que antes, y todo esto lo agradecemos y reflejamos por los saludos.


Articulo extraído de: EL SALUDO EN LAS ARTES MARCIALES

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