Interés

En tiempos donde lo importante parece ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido…

Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir
“me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de
esto”.
Opinamos sobre todo, juzgamos a todos. La “viveza” se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos.
La verdad, la sinceridad, la humildad…
No son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos, hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO.

Si he terminado mi día siendo leal a mi mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados…
Ese ha sido un día de éxito.

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