Lejos

La tragedia de Haití es una oportunidad para mirarnos dentro de nosotros mismos y para decidir dónde están, en cada uno, los límites de la sensibilidad.
Es una invitación a preguntarnos cuántas otras imágenes de muerte, destrucción, dolor y desesperanza necesitamos ver para conmovernos, y a cuánto tiene que ascender una cifra de víctimas para hacernos reaccionar.
Que sean 100 mil muertos, ¿es distinto de que sean 50 mil o 200 mil? Que todavía aparezcan sobrevivientes, ¿nos tendría que hacer creer en milagros?

Haití sin terremoto, ¿no debía estremecernos lo mismo?
Jorge Camarasa
Periodista

No hay comentarios: